Lo que no se puede tocar

La arquitectura tiene un papel fundamental en las formas de vida y relación que establecen los usuarios con el espacio y los convivientes. La forma, la materialidad, la luz y el orden del conjunto de espacios que recorremos en nuestro día a día condiciona la manera en que nos relacionamos con los demás.

En este sentido, entendemos que la arquitectura debe estar al servicio de la sociedad y, por tanto, los y las arquitectas deben comprender los mecanismos emocionales del ser humano. Quien proyecta debe ser consciente de la maleabilidad que va a tener un espacio en el mundo sensorial y emocional de quien lo habita.

De esta manera, la inteligencia emocional se posiciona como herramienta que facilitará la creación de espacios atendiendo a esos aspectos no tangibles. Este taller tiene como objetivo dar a conocer los beneficios de la Inteligencia Emocional en el desarrollo personal y profesional del arquitecto/a, así como, aportar ideas para poner en práctica formas de proyectar espacios desde esta perspectiva.

 

Quién imparte

Marisa González-Bandera es Arquitecta y Máster en Inteligencia Emocional. En 2020 comienza sus estudios de doctorado colaborando además como docente en la Universidad de Málaga. Su investigación se centra principalmente en la influencia de la percepción emocional propia en relación con la experiencia arquitectónica desde la creatividad, la profesión y la docencia.

 

Detalle

19.00h: Sesión teórico-práctica. Emociones / Inteligencia Emocional / ProIEctar

20.15h: Puesta en común y tertulia